Pensar que
a los 13 años mi mamá tenía que obligarme a leer. Era algo que no me gustaba
para nada, más bien lo sentía como una penitencia. Lo peor era que todos me
regalaban libros y como muchos niños a esa edad yo solo apreciaba las
ilustraciones, los libros que tenían letras grandes y si tenían menos de 5
hojas mejor.
A los 14 años
mis hormonas comenzaron a hacerse notar, no solo cambio mi cuerpo sino también mi
espíritu soñador y fue allí donde descubrí las novelitas rosas que mi mama guardaba
en un armario. Como estaban guardados bien arriba a mi me hizo suponer que deberían
contener algo prohibido así que la tentación fue tan grande que empecé a leer
esa primera novelita. Corin Tellado era la escritora preferida de mi mamá y
aunque yo no tenia la mínima idea de que se trataría el libro lo empecé con gran
curiosidad buscando página tras página donde estaba lo prohibido, (por algo mi
mama lo había guardado tan alto y fuera de mi alcance).
Con la avidez de la adolescente que yo era y tratando de encontrar la parte prohibida, sin
darme cuenta me fui envolviendo en la trama de la novelita romántica. Ese
librito lo leí en un tiempo record para mi que por ser un libro sin
ilustraciones y con letras medianas me tomo como dos semanas terminar. Lo escondí
debajo del colchón, lo lleve al baño, lo transporte por toda la casa ocultándolo
en cuanto lugar encontré para que nadie me descubriera.
El día que lo termine fue como haber llegado a la meta
después de una carrera, me sentía feliz y no podía dejar de sentir que era parte
de la historia. Supongo que mi cara reflejaba en ensueño y esa sensación de
complicidad que solo los lectores sienten con sus libros porque mi mamá que siempre
ha sido muy sabia, me dejo otra novelita donde encontré la anterior.
De allí en más ya no pare nunca más. Leer se convirtió
en una necesidad tan importante como el respirar.
No crean que solo he leído novelitas rosas; día a día empecé
a descubrir que con cada libro que leía me podía transportar dentro de un mundo
maravilloso en el que todo era posible, viajar, tocar, saborear y sentir los
aromas que los escritores describían tan vívidamente.
Por ser hija única y vivir dentro de una familia
conservadora y en una época en que la mujer debía ser recatada y respetuosa de
las formalidades, mis posibilidades de aventura eran bastante contadas. La
lectura me llevo por los caminos de la aventura, del romance, el suspenso y la fantasía
pero sin dejar de lado la historia, la mitología, la arqueología, la aviación y
todo lo que ha despertado mi curiosidad a través de los años.
Por muchos años fui autodidacta, por diferente razones
de la vida hice la elección de no estudiar en una escuela regular y de estudiar
en forma libre, desde mi casa preparaba las materias guiándome por un programa
y a fin de año concurría a dar los exámenes.
Lo primero que recibí
fue un programa en el que figuraban todos los libros que contenían la información
que debía conocer para pasar los exámenes. Mientras que una persona normal
hubiese preguntado si había que leer todos los libros y hubiese descubierto que
no, yo sin embargo decidí comenzar por el primero en la lista y leer todos los
que aparecían en el programa.
Fue así como comencé un nuevo camino dentro de la
lectura clásica, la poesía, ensayos, libros de texto, diccionarios y todo
papelitos que encontré por allí y que tenía algo escrito.
Con casi 50 años he leído un poco de todo y comenzado
a escribir varios libros y aunque hasta ahora nunca termine ninguno, no pierdo
las esperanzas.
De todos los libros que he leído algunos quedaron mas
profundamente grabados en mi memoria: “El Pirata” de Walter Scot, Verde Oscuridad
(una novela que no tengo idea quien escribió), “Tristan e Iseo”, “La Eneida”, “La Princesa” de Jude Deveroux, El código Davincci,
“ Aquel Perfume de Azar” (una novela escrita en 1890 que perteneció a mi abuela
Consuelo), una novelita rosa de Corin Tellado “ Flores para Mauricio” este
libro tuvo un impacto tan importante en mi vida que nombre a mi primer hijo
como el personaje del libro.
De los cuentos; “El lago” y “por favor déjenme dormir”,
de Ray Bradbury. Oscar Wilde tiene muy bonitos cuentos cortos que le he contado
a todos mis hijos, El gigante egoísta es mi favorito. Shakespeare siempre me ha
fascinado, he leído cada una de sus obras y todas me gustan empezando por Romeo
y Julieta, pero mi preferidas son Cuentos de Invierno y la Fierecilla domada.
Julio Verne y Wells fascinaron mi curiosidad con “Viaje
al centro de la tierra” y “La maquina del Tiempo” y aunque leí prácticamente cada
uno de sus libros sigo pensando que esos dos autores han sido profetas del tiempo.
Si algún autor me dejo asombrada ese fue Aldous Huxley con su libro Un mundo
Feliz.
Hay tantos y tan bonitos que no quiero cansarlos en el
primer post de este blog, pero como cada uno tuvo que ver con algún momento
importante de mi vida les ire contando acerca de ellos en el futuro.
Creo que como presentación ya han tenido bastante de
mi y si fuera cierto que… “Uno es lo que lee”, pues aquí les he expuesto mi
alma y ya saben que soy una mezcla de todo, una enamorada de la vida, de la
naturaleza y el arte pero tambien una apasionada de la ciencia ficción, de la
historia ,de las relaciones humanas, la arqueología, la mitología y la ciencia.
Me defino como una romántica y creo que eso es conjunto
de todo.
Si les gusta leer, los invito a seguirme y a compartir
sus experiencias, les desafío a leer y a soñar sin límites.
Kristy
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